Tanto el ácido retinoico, como el retinaldehído y el retinol, pertenecen a la familia de los retinoides. Los retinoides son compuestos naturales derivados de la vitamina A que se obtienen en la dieta, y juegan un papel importantísimo en la calidad de nuestros huesos, ojos y piel. También, se han aplicado tópicamente durante décadas para mejorar diversas condiciones de la piel.
El ácido retinoico o tretinoína es el retinoide más potente por ser la forma activa de la vitamina A, es decir, es capaz de activar los receptores en las células de la piel y desencadenar procesos biológicos. Otros retinoides han de transformarse en ácido retinoico para poder actuar. Estos son el retinol (vitamina A), y otros derivados de la vitamina A como el retinaldehído (retinal) y los ésteres de retinilo. El retinal sólo requiere una transformación para formar ácido retinoico, siendo más potente que el retinol que requiere dos pasos.
También, hay retinoides sintéticos como el adapaleno, el tazaroteno y la isotretinoina que actúan de manera similar a los retinoides naturales, pero se han modificado para mejorar la estabilidad y reducir los efectos secundarios de irritación. Se ha demostrado que el adapaleno y tazaroteno tienen una eficacia similar a la tretinoína al 0.05%.
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