Polifenoles: abundantes en frutas, verduras, café, té, y en el cacao, confieren protección a las plantas contra la radiación solar, las infecciones y dan pigmentación, entre otras funciones. Un polifenol bien conocido en cosmética es el resveratrol presente en la piel de la uva y el vino rojo.
Carotenoides (precursores de vitamina A): son pigmentos que le dan el color característico a las plantas y las protegen contra los radicales libres que se generan durante la fotosíntesis. Los encontramos en muchas frutas y verduras como la zanahoria, los tomates, y las naranjas, entre otras. En el ser humano, el consumo de carotenoides es esencial para formar vitamina A (retinol) y otros retinoides que se requieren para una correcta visión y para asegurar la salud de la piel (ver más sobre vitamina A y piel aquí).
Vitamina C o ácido ascórbico: a parte de su función antioxidante, tiene otros beneficios excepcionales sobre la piel (ver más sobre vitamina C y piel aquí). Está presente en frutas como la naranja, el kiwi, el limón, la papaya, el melón, las fresas, los tomates y en verduras como los pimientos, las coles de bruselas, el brócoli y la coliflor.
Vitamina E: con un alto poder antioxidante, está presente principalmente en aceites derivados de plantas como el aceite de girasol, de canola, y de oliva, y en frutos secos como la almendra, las nueces y el pistacho, entre otros.
Eva Garia
pielsana